martes 10 de noviembre de 2009

Psicólogos sin Fronteras, Terapia para todos en Poble Sec.

Una entrevista de Marcelo Espiñeira.



La psicóloga Eva Sala Sanchez nos cuenta que todo comenzó en una Comisión dentro del Colegio de Psicólogos, que comenzó a llamarse "Psicólogos sin fronteras" y que llevaba a cabo solo tareas de sensibilización. La actual coordinadora general de la actividad de PSF recuerda que ya en los años 95-96 empezaban a haber conflictos relacionados con el tema inmigración, al tiempo que crecía una demanda para realizar algo más práctico. Fue cuando vieron que era el momento de pasar a trabajar en la calle y abandonar el marco teórico del Colegio de Psicólogos.

Desde 2006 son una ONG reconocida, funcionando en un local de la calle Concordia, 33 en el barrio de Poble Sec, y especializada en la atención gratuita de gente con una condición económica precaria.

Integrando a un grupo de profesionales reconocidos como Esther García o Lupe Bravo, Psicólogos Sin Fronteras lleva adelante una importante tarea social en un barrio que lo necesita y mucho.
 
Por qué eligieron el barrio de Poble Sec para instalarse?
Eva Sala Sanchez : En este barrio se produjo un cambio muy grande en el perfil de su población en un período muy breve de tiempo. Con un enorme crecimiento de los vecinos provenientes de la inmigración. Poble Sec era un barrio donde vivía gente muy mayor en pisos demasiado viejos. Y pronto comenzó a haber movimiento y se dió un reemplazo de esta población mayor por la de origen inmigrante. La Asociación de
comerciantes de la zona denunció ciertas fricciones en la convivencia y se comenzó a barajar la posibilidad de implantar un plan comunitario. Para eso se debían analizar los factores que desencadenaban este conflicto. Una ONG llamada Dosmundosmil funcionaba en este mismo local en el que estamos ahora nosotros. Ellos comenzaron a ayudar a las mujeres inmigrantes que llegaban sin papeles y que buscaban trabajo. E intentaron comenzar a solucionar dos problemas que tenía el barrio. Por un lado estaba la gente sin trabajo y por el otro, muchos vecinos ancianos que necesitaban ser cuidados. Y en medio de estas tareas nos llamaron a Psicólogos Sin Fronteras para que colaboremos. Y en un inicio llevamos el tema de la reinserción laboral. Pero, pronto descubrimos que muchos también necesitaban nuestra atención psicológica. Entonces comenzamos a atender en este Casal de calle Concordia, 33 en el barrio de Poble Sec.

La atención psicológica está restringida a la población de origen inmigrante?
No, la atención puede ser para cualquiera que venga. Está planteada para todos, pero en su mayoría son de origen inmigrante los que atendemos. Tampoco nos importa el lugar de residencia del paciente. Pero, sí que se tiene en cuenta que su situación económica sea precaria. Porque la idea es dar un servicio a quien no está en condiciones de pagarse un psicólogo particular. Otra razón es que la Asistencia Pública está muy saturada, y terminamos recibiendo a pacientes derivados del CAP o de las organizaciones públicas del barrio.

Con cuántos profesionales contáis en vuestra plantilla?
Ahora estamos entre los diecisiete y dieciocho. Comenzamos siendo dos o tres, pero a través de nuestra página web pronto se unieron muchos más que también querían colaborar. Y ahora mismo tenemos ocupado nuestro despacho todos los días, menos las tardes de los lunes y de los viernes. Y los sábados por la mañana también tenemos unos talleres especiales que se realizan con la Asociación de Mujeres Palante, que tienen su sede en el barrio de Collblanc. En este momento, nuestro límite es de espacio físico. Necesitaríamos una sede más amplia.

...”Nuestra atención psicológica
está planteada para todos.
Lo que tenemos en cuenta es
que la condición económica
del paciente sea precaria”...

Y en el resto de los distritos de la ciudad no tienen otras sedes?
No, no tenemos más sedes.

Existen otras entidades parecidas a vosotros con las que trabajen en una red?
No, pero nos gustaría encontrar otras sedes en diferentes lugares. De momento, no podemos plantearnos un crecimiento tan importante. Estamos respondiendo bien a las necesidades que van saliendo y en base a las personas que somos. Y a las situaciones nuevas, las vamos resolviendo sobre la marcha. Nuestro principal problema es encontrar profesionales que tengan tiempo libre disponible para realizar estas tareas en las que no se gana dinero. Ya que muchos jóvenes comienzan con mucha energía, pero luego encuentran otras ocupaciones remuneradas y no pueden continuar. Lo que hacemos todos aquí es dedicar unas horas de nuestras vidas a estas tareas. Y el compromiso es importante, porque necesitamos continuidad en estas terapias. Tampoco es cuestión de que un paciente sea atendido por un profesional diferente cada sesión.

Estas terapias cuánto tiempo suelen durar?
Tenemos personas que vienen por problemas muy específicos y que se pueden solucionar en un par de sesiones. A lo mejor, han venido y han compartido ese dolor que llevaban durante dos o tres veces, y luego cargan pilas y ya continúan solos. Muchas veces, lo que necesitan es un lugar donde aflojarse, más que una psicoterapia prolongada. "Yo soy muy fuerte, tiro palante, pero hay momentos en los que necesito decir que mal estoy, no?". Y aquí les ofrecemos esa contención que necesitan. Aquí expresan cosas que afuera no pueden hacerlo con nadie.

Y cuál es el plan habitual?
En principio lo que proponemos es hacer doce sesiones de terapia totalmente gratuitas. A partir de allí, el que necesita más tendrá que pagar un precio simbólico de 5 euros. Y este tratamiento puede extenderse un año aproximadamente, dependiendo de cada caso.

El fin de una terapia debe acordarse?
Hay de todo, pero lo preferible es acordar el final. Muchas veces vemos que a una persona le sucede algo que amerita terminar con la terapia y damos por finalizada la misma. Intentamos que el paciente no cree dependencia con el tratamiento. Tenemos casos en espera e intentamos una solución lo más rápida posible para todos. Y también hay gente que decide que ya ha tenido suficiente y deja de venir. Se sienten mejor y ya está. De todos modos, saben que pueden regresar siempre que lo necesiten.

Las psicoterapias son individuales o en grupo?
Todas son individuales, salvo los dos grupos de trabajo que tenemos funcionando. Uno está coordinado por Mujeres Palante y es precisamente para mujeres inmigrantes.
Y el otro es un grupo que reúne a cuidadores de personas. Esta es una profesión que puede resultar muy desgastante y en este grupo pueden encontrar una manera de exteriorizar todo lo que sienten y poder afrontar con más ganas sus tareas habituales.
También hemos empezado hace poco con la atención de niños con problemas afectivos. Por ahora, es un grupo reducido.

Cuáles son los problemas más habituales que observan en la población de origen inmigrante?
La experiencia en este campo nos indica que los problemas son muy similares a los que tiene cualquiera que nunca haya dejado su país. Son problemas causados por la soledad, por la relación con sus parejas o con sus hijos. Los problemas que tiene todo el mundo que necesita una terapia. Lo que sucede es que cuando tienes un marco de amistades o de familia a tu alrededor, todo suele ser más fácil. Pero, la mayoría de los inmigrantes están más solos de lo que pueden aguantar.
Muchas veces los conflictos vienen arrastrados de origen. Generalmente, un conyuge decide venir antes y tirar el proyecto de inmigración, dejando a la pareja en su país. Y a lo mejor esta relación ya no iba muy bien desde antes del viaje, con lo que pasado cierto tiempo, si se produce el reencuentro, aquellos problemas reviven y muchas veces empeoran.
Otro tanto sucede con los hijos. Nadie consigue educar a distancia, ni siquiera por internet, y cuando los hijos se reencuentran con sus padres, en muchas ocasiones están resentidos o los padres se sienten culpables. A veces, van enviando dinero, y las cosas parecen que van bien. Pero, también existe una idealización de lo que sucede aquí por parte de aquel que se quedó, y cuando se reencuentran necesitan un tiempo para acomodarse, para descubrir que los pisos no eran tan bonitos como imaginaban, que sus padres tienen que trabajar muchas horas para poder ganar un dinero razonable, etc. Y dependiendo de la edad con que lleguen estos niños, la adaptación se complica más o menos. Y este proceso suele traer muchos problemas familiares.
Normalmente aquel que viene es muy fuerte y tiene muchas ganas de tirar para adelante. Tiene un proyecto. Pero no todo resulta sencillo aquí, y en algún momento necesita saber que lo que le está sucediendo también le pasa a mucha otra gente. Se suelen sentir solos o culpables, por haber dejado a los hijos lejos y esas cosas.
Creo que los problemas de fondo no son tan diferentes, pero es cierto que se agravan en la situación personal de un inmigrante.

Notas que la crisis haya agudizado estos problemas?
Aun es pronto para hacer una valorización. En general, la gente que se siente a gusto aquí, y que está mínimamente respaldada, va tirando. Pueden estar preocupados, pero no hundidos. Si esta situación se extendiera en el tiempo, podríamos encontrarnos con mayores problemas. Pero, de momento, solo notamos que la afluencia de gente en nuestra atención se ha incrementado un poco. Pero, también creo que se debe a que nos vamos haciendo más conocidos.

Encuentran alguna reticencia a la atención psicológica en determinados colectivos?
No, por lo general no. Aquí atendemos a muchos ecuatorianos, colombianos, y al resto de latinoamericanos, y no muestran reticencia alguna al tratamiento. Los que vienen, participan bien. Los problemas podemos tenerlos con otros colectivos, sobre todo el magrebí, donde la figura del psicólogo no está incorporada aún. O es para los locos, o algo que ni contemplan. Con ellos el tratamiento es más complicado. Los europeos del este también aceptan muy bien la terapia. Y con los argentinos, ni hablemos. (risas).

Tenemos fama de que nos tira mucho el tema.
Sois más expresivos y entonces también les resulta más fácil.

O será que estamos todos un poco locos...
(Risas). Eso corre por tu cuenta.


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